Este auténtico certificado de bonos de oro del Ferrocarril Central de Michigan de 1929, antiguo y antiguo, es un artículo sorprendente de importante importancia histórica. Emitido originalmente en 1929, este certificado es una representación de la floreciente industria de los ferrocarriles estadounidenses en el siglo XX. Es una gran adición a cualquier colección vintage y un maravilloso tema para iniciar una conversación en una cena o evento. Preserve la historia con la originalidad de este Certificado y cree un hermoso efecto de exhibición. Le encantará tener esta rara pieza de historia y mostrársela a amigos y familiares. No se pierda este certificado único: ¡agréguelo a su colección hoy!
Esta compañía del Ferrocarril Central de Michigan comenzó en 1846 y operó en todo Michigan, Indiana e Illinois y hasta Ontario, Canadá. A finales de 1925, MC operaba 1.871 millas de carreteras y 4.139 millas de vías. Teniendo un gran impacto en el servicio de pasajeros y carga a través de esa zona del país y reportando 4,304,000 toneladas-milla netas de ingresos de carga y 600 millones de pasajeros-milla.
15" x 10" ~
¡Mis fotos en serio no pueden hacerle justicia!
¡Imagínese colgar este coleccionable histórico vintage en su pared como decoración del hogar en cualquier habitación! Los certificados de acciones son otra cosa cuya oferta es limitada y una vez que estén todos en museos y colecciones, será difícil conseguirlos. Son documentos tan históricos con tanta historia detrás de ellos. El primer certificado de acciones fue emitido en 1606 por la Compañía Holandesa de las Indias Orientales. 407 años de historia después, Walt Disney Company emitió uno de los últimos certificados de acciones en papel de una gran corporación en 2013.
Tenían que hacerse en papel pesado, casi como un billete de un dólar, pero más rígido y duradero, lo que los mantiene vibrantes y con un aspecto nuevo durante mucho tiempo. La otra característica única de los certificados de bonos es que pueden tener todo tipo de firmas o sellos interesantes y, sinceramente, nunca se sabe a quién encontrará. Casi todos los bonos están firmados por el presidente y el secretario de la empresa. Algunos coleccionistas investigan las otras firmas y el significado histórico, y eso agrega mucha procedencia y valor a un artículo que ya es valioso. Nunca he hecho esto porque apenas puedo leer mi propia firma y mucho menos una de hace más de 100 años.